Antes de la entrada en vigor de la Ley de Arrendamientos Urbanos, 1 de enero de 1995, los contratos de alquiler eran vitalicios y el incremento de la renta estaba limitado por el Índice de Precios al Consumo (IPC). El inquilino gozaba de estabilidad en el alquiler y el arrendador tenía garantizado un aumento de la renta, aunque limitado. Lo único que se sometía a la ley de la oferta y la demanda era la renta inicial del arriendo.…
